Brújula Diplomática
Solidaridad Internacional y Transición
Por: Milos Alcalay
Twitter: @milosalcalay
La
múltiple crisis que se evidencia hoy en Venezuela como resultado del
colapso político, económico, social, ético e institucional, producen
cada vez mayores preocupaciones en el mundo, por lo que se multiplican
las expresiones de solidaridad internacional con denuncias alarmantes
sobre una situación cada vez más grave. Tan solo en días recientes hemos
visto a 15 Estados adoptar en la OEA una Declaración Conjunta para
exigir el referéndum revocatorio; una dramática portada de la
prestigiosa revista Time con el titular “Venezuela está Muriendo”; la
poco usual declaración del Secretario General de la ONU denunciando la
existencia de una “crisis humanitaria en la que no se consigue comida,
medicina, agua potable..” ; la aplastante moción de solidaridad del
Parlamento Peruano en la que partidos de Gobierno y oposición se unen
para denunciar los atropellos en Venezuela; las posiciones de apoyo de
personalidades como el Presidente Kuzcynski al recibir al Gobernador
Capriles; la de los Presidentes Macri, Temer, Cartes en relación a la
exclusión de Maduro de la Presidencia de Mercosur; la reunión del
Secretario General de la OEA al recibir a Luis Florido Presidente de la
Comisión de Política Exterior, por no mencionar sino los más recientes
episodios, demuestran el asilamiento del régimen.
Estas
expresiones de la comunidad de naciones, en vez de producir una
apertura del Gobierno en procura de una solución pacifica y
constitucional, más bien tienen el efecto contrario, ya que los
principales voceros del oficialismo, al negarse en admitir las
evidencias, muestran un peligroso perfil de nerviosismo en el que se
agrava la represión y la dominación interna, unida a la confrontación
contra todos aquellos que muestran su preocupación. Lo que no entiende
el Gobierno, es que con estas actitudes, aumentan las reacciones
mundiales produciendo un círculo virtuoso de apoyo internacional a favor
de los demócratas venezolanos.
La
historia nos demuestra que esta indiferencia oficialista que se
niega admitir el peso de la opinión pública mundial, ha tenido efectos
transformadores en otras regiones. La preocupación manifestada
mundialmente en contra del régimen del Apartheid en África del Sur,
produjo el acceso al poder de Nelson Mandela, preso político durante
décadas; las influencias nefastas de las minorías violando derechos
humanos y sociales, unidos a la presión mundial, produjeron los cambios
en Namibia y en Rodesia. En otras latitudes, el aislamiento de la URSS
por su defensa exacerbada del régimen anti mayoritario y la solidaridad
mundial con los perseguidos, puso en movimiento la Glasnost y la
Perestroika, que a su vez hizo que colapsaran los regímenes del
Socialismo del Siglo XX en Europa Oriental. Los cambios que se vieron
obligados a aceptar regímenes totalitarios como el de China o Vietnam,
demuestran una actitud incontenible.
Es
por ello que es absurdo, anti-historico, inconstitucional y violador
del derecho internacional, que los responsables del poder en vez de
entender los efectos de la solidaridad internacional, en vez de
prepararse para la transición continúen actuando con la politica de la
avestruz, negándose a reconocer su asilamiento y su fracaso.
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