¿Revocatio ajuro?
Por José Luis Centeno
S.
Twitter: @jolcesal
El régimen, una vez más, hizo gala de radicalismo y evidencia
que no cederá, es lógico, saben que el 20% es una muerte técnica, un demoledor
nocaut; cínicamente cayeron en su propia trampa mostrando al cuerpo
diplomático, y por su intermedio, al mundo, su peor temor, dejar el poder,
porque sin poder muchos de esos diplomáticos presentes en el CNE estarían en la
obligación de actuar decididamente contra Nicolás y su camarilla, por razones
tan graves como el narcotráfico, violaciones de derechos humanos y pare usted
de contar. Eso explica que Tibisay haya hablado de defender los derechos de
quienes votaron por el inminente revocado, hasta le quedó bonito aquello de los
intereses encontrados, claro, para enfatizar que defendería los derechos que
favorecen a su amo, fue una parodia del discursito según el cual lo único que
nos queda es resignarnos a nuestra suerte de seguir teniendo a Nicolás como
Presidente. La razón es clara, a voluntad el régimen no permitirá el
revocatorio, eso significa que ajuro tendría que aceptar una realidad que es
ineludible, a la fuerza, como pareciera ser el caso con el llamado a la
desobediencia civil, implícito en la convocatoria de la Toma de Caracas.
Los dos bandos, el régimen y la MUD, cabe decir el G7, están
estirando la liga al máximo, y que bueno que sea así, para que se rompa, para
que haya un desenlace, que no sería otro para la oposición que el de remover o
cambiar a este gobierno, a la fuerza, por supuesto, designio adelantado por el
multitudinario “yo revoco”, para ejercer “el derecho que tiene el pueblo para
cambiar las autoridades que eligió antes que expire su mandato”, “porque le han
perdido la confianza”, adquiriendo protagonismo lícito la desobediencia civil,
a menos que el régimen no haya perdido legitimidad, pero parece no ser el caso
dado que ha cerrado las vías institucionales del cambio político porque
desconoce a la Asamblea Nacional, atrasa el referendo revocatorio y solivianta
al resto de los poderes públicos, pudiesen alegarse otras razones más que
irremediablemente nos llevarían a los narcosobrinos y, por ende, al espinoso
tema de la penetración del narcotráfico en la cúpula podrida que nos gobierna,
sin olvidar la criminal corrupción.
Ante este escenario que muchos califican de incertidumbre,
ante el cual se vaticina mayor deterioro, colapso total, se ha planteado
también el “Abandono del cargo, como alternativa para salir de Maduro“, en este
sentido, el Presidente de la Asamblea Nacional explica que Maduro ha dejado de
ejercer la presidencia de la Republica, y esta es otra vía que existe en la
Constitución para un cambio de gobierno, otros en sentido menos dogmático
sostienen que se la pasa durmiendo en un bunker ubicado en Fuerte Tiuna, para
inflar la tesis del abandono del cargo, en todo caso, la percepción es la de
salir de este gobierno a como dé lugar, es decir, ¡ajuro! Y de manera
anticipada. En hora y cuarto, en la que Tibisay no dijo nada pero dio a
entender mucho, sin otorgar la fecha para la recolección faltante del 20% de
voluntades para la activación de la consulta, se echó la suerte del régimen
jugándose a Rosalinda ante la propuesta de desenlace que constituye la
convocatoria para la Toma de Caracas el 1º de septiembre, como preludio de la
desobediencia civil.
Gobierno que no respeta la voluntad popular es una dictadura,
una verdad a voces de la cual no se ha podido deslastrar el régimen, el “Si se
cumpliesen todos los requisitos solicitados la recolección de las
manifestaciones de voluntades se realizaría para finales del mes de octubre“ de
Tibisay no implica algo diferente que no sean los apremios de un gobierno
autocrático expresados con remedos de apego a la constitucionalidad, al Estado
de Derecho y de respeto al pueblo que tiene en sus manos el cambio que el
gobierno trata de evitar a toda costa.
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