martes, 12 de diciembre de 2017

Pronunciamiento del Almirante Carlos Molina Tamayo

                                                                   ¡YA BASTA!




 

La Heroica Sociedad Civil Venezolana sigue siendo traicionada por los integrantes de las “causas” (politiqueros que crearon a un Chavez) y los “efectos” (el régimen comunistoide títere de los castro).
 

18 años de dictadura perversa, la farsante asamblea constituyente, la fraudulenta elección municipal de ayer, nos obligan a decir ya basta!…

La libertad de Venezuela tiene pocas probabilidades que se recupere desde acciones internas dentro del país, la sociedad civil esta violentada de su democracia entre los perversos rojos y politiqueros (y que de oposición), ambos con su agenda oculta.


El país esta secuestrado por una banda de ladrones, narcotraficantes, terroristas que no dejaran el poder por las vías democráticas tradicionales.
 

La historia de muchos países ha demostrado lo poderoso de la fuerza de la diáspora en el exilio unida con la resistencia interna en el país para el logro de las libertades.

Para restituir la democracia en Venezuela y poner bajos rejas a los perversos comunistoides que han arrasado con nuestra bella patria se requiere de acciones asimétricas no tradicionales coordinadas entre el exilio y la resistencia en Venezuela.


Las dos líneas de acción que propongo son las siguientes:


1. Incrementar fuertemente las acciones político/diplomáticas de países amigos en contra de la dictadura Venezolana hasta que el régimen renuncie y se establezca un gobierno de transición.


2. Preparar una fuerza militar multinacional conformada por países amigos y militares venezolanos en el exilio con el fin de intervenir en Venezuela, sacar al cubano comunista invasor y ayudar a establecer un gobierno de transición.


Debemos unir y coordinar a toda la resistencia y el exilio. Conformar un grupo nuevo que coordine diáspora con resistencia.


Tengo la información y contactos para hacer lobby, forzar y llevar a cabo los puntos 1 y 2. Ya estoy con venezolanos iniciando este proyecto de rescate del país.
 

Invito a todos a participar. Requiero de ayuda, asesoramiento y voluntad para llevar a cabo y ejecutar esta idea.
 

A la orden,
Carlos Molina Tamayo
Armada Republica de Venezuela

sábado, 9 de diciembre de 2017

LA INJUSTICIA Y EL CHANTAJE, CLAVES DIPLOMÁTICAS DEL CASO JERUSALÉN Por @sangarccs

LA INJUSTICIA Y EL CHANTAJE, CLAVES DIPLOMÁTICAS DEL CASO JERUSALÉNHoy por hoy, el derecho de primogenitura lo tiene la barbarie. La justicia ha sido anulada por el chantaje. La violencia del invasor ha adquirido aterciopelada carta de ciudadanía y lo razonable no es lo que dicta la razón, sino lo que se subordina a las órdenes del bárbaro. Por eso, para mi, Jerusalén fue, es y será israelita, la capital de David y del judaísmo. Como la Meca lo es de Mahoma y el Islam, y el Vaticano de Cristo y el papado. Es el orden de las cosas. Así les cause un profundo disgusto a la pusilanimidad y la cobardía occidentales.

                                                   Antonio Sánchez García 



                                                          @sangarccs

            El derecho de la precedencia y la primogenitura han ordenado el caos natural del universo. Sin ellos, la humanidad aún viviría sumida en ese caldo oscuro y plagado de energía que según los cosmólogos antecedió a la creación. De creer en los escritos testamentarios, el suceso ocurrió tal cual lo describe el Génesis, 1 3: “Y Dios dijo hágase la luz, y se hizo”.

             En la cultura religiosa, histórica y humanística en la que he sido educado, Jerusalén es una realidad indisoluble, consustancialmente vinculada al judaísmo, desde hace tres mil años vinculada al Rey David y desde el nacimiento del cristianismo clave y símbolo del sacrificio ritual que elevara a Jesús a las máximas alturas de la espiritualidad occidental. Como la Meca es el símbolo por excelencia de los musulmanes.  Y Roma, desde la conversión de Teodosio, la capital del cristianismo.

             Siendo así, factual, históricamente, ¿por qué nadie disputa la primogenitura del Islamismo sobre la Meca y del cristianismo sobre el Vaticano, negándoseles a los judíos su primogenitura sobre Jerusalén? Por una razón milenaria: porque Jerusalén ha sido el botín privilegiado de moros y cristianos, la razón de las cruzadas – y sus atrocidades y matanzas imperiales – y de la Intifada. El punto de no retorno del antisemitismo, la piedra de tope del odio cristiano y musulmán al pueblo de Israel. Clave de la injusticia y del chantaje que hace de un punto geográfico mínimo visto desde la inmensidad del espacio – desde el que llevamos décadas observándolo perdido en las estribaciones del Medio Oriente – un asunto de honor de viejos prejuicios, viejos rencores y odios cainitas que ni siquiera el espanto de la Shoá ha logrado poner en vereda.

             ¿Qué tiene de escandaloso que un presidente que decidió tomarse en serio una vieja decisión de sus gobernantes, instalar su embajada en el corazón histórico de Israel, provoque una conmoción y un rechazo mundial mayor que la decisión de Corea del Norte de seguir insistiendo en preparar un ataque nuclear contra los Estados Unidos?

             Detrás de la alharaca provocada en Occidente por el anuncio de Donald Trump resuena el chantaje sangriento del terrorismo islámico, que si por él fuera, ya se hubiera apoderado de Roma e instalado el califato mundial en El Vaticano. Objetivo que se encuentra mucho más cerca del cumplimiento de cuando el jefe de lo que llegaría a ser el Estado Islámico se lo proclamara como un objetivo irrenunciable, histórico, a la periodista italiana Oriana Fallaci. Por entonces, mediados de los setenta, nadie imaginaba que llegaría un momento en el que la cantidad de minaretes superaría con creces a los milenarios campanarios de Italia. Ya los superan.

             Detrás de la hipócrita alharaca de los representantes de las naciones occidentales en Naciones Unidas contra el anuncio de Donald Trump resuena la misma auto legitimada disposición a entregarse a la barbarie invasora que vienen practicando las víctimas del castrocomunismo en nuestra región, a la que la pusilanimidad de la MUD se entrega en alma y corazón, Podemos en Madrid, Puigdemont en Cataluña.

             Hoy por hoy, el derecho de primogenitura lo tiene la barbarie. La justicia ha sido anulada por el chantaje. La violencia del invasor ha adquirido aterciopelada carta de ciudadanía y lo razonable no es lo que dicta la razón, sino lo que acata las órdenes del bárbaro. Por eso, para mi, Jerusalén fue, es y será israelita, la capital del judaísmo. Como la Meca de Mahoma y el islam, y el Vaticano de Cristo y Francisco. Es el orden de las cosas. Así les cause un profundo disgusto a la pusilanimidad y la cobardía occidentales.

viernes, 26 de mayo de 2017

¿Qué hacer con las Fuerzas Armadas Nacionales?



¿Qué hacer con las FAN?

  "El éxito no está asegurado por nuestro solo mérito,
sino que depende mucho de la gente que combate a nuestro lado"


Anatole France

Por 

  
Luis Betancourt Oteyza

Twitter: @luisgbetancourt 


 



Soy de los que he opinado, y opino, que la Institución Militar es indispensable en nuestra nación. No voy a entrar en que es consustancial a nuestra historia porque aborrezco esa tesis que desconoce los aportes y sacrificios de tantos y tan destacados civiles en el proceso de nuestra formación republicana. Nuestro primer Congreso Constituyente de 1811 estuvo preñado de personalidades de la Sociedad Civil y muy pocos miembros de la Milicia y profesionales de las armas. La actuación de los civiles en esa declaración consagrada el 5 de julio, nuestra Acta de Independencia, redactada por el abogado Juan Germán Roscio y votada por sus pares, así lo testimonia. Como también hay crónica suficiente de las valerosas gestas de nuestros hombres de armas de entonces en la defensa de la naciente república.

La lucha fue a muerte, como sentenció Simón Bolivar mucho después que se había declarado y desarrollado. La Provincia de Venezuela perdió en esa guerra civil la mitad de su población y casi la totalidad de su ganado, vacuno y caballar, única riqueza con algunas siembras de tabaco y minería de entonces. Nuestros incipientes soldados, nutridos de civiles decididos, algunos salidos de seminarios y escuelas, dieron todo de sí para crear nuestra nación, y lo lograron; a un enorme costo personal, familiar y social. Primero fueron los criollos y mantuanos, luego con los llaneros rescatados de las hordas de Boves por el verdadero fundador de Venezuela: el General en Jefe José Antonio Páez, el "Catire Páez". Sumaron todos su sudor y su sangre en la causa de la libertad que floreció en Carabobo en 1821, para luego culminar en 1830 con el formal nacimiento de la República de Venezuela.

Así fue, y así será la historia que nos toca hoy contra la dominación castrocomunista que nos ha ahejorrado por obra de un demagogo traidor,  que se entregó a Fidel Castro movido por el resentimiento social y el odio a nuestra sociedad, no obstante a que cursó en nuestra Academia Militar de Venezuela con el auspicio y soporte de oficiales, respetuosos de la ley y de su compromiso republicano, y que fueron burlados y traicionados por el subalterno felón, Hugo Chávez Frías.

De esa pesadilla que comenzó la madrugada del 4 de febrero de 1992, se quiere responsabilizar exclusivamente a los militares, sin reparar en los variopintos civiles que los acompañaron antes y durante; de todas las ideologías, para ser generoso con algunos, y aventureros de nuestra sociedad civil. Testimonio de lo que digo está en las crónicas de la prensa de entonces que recogieron la noticia de abogados, arquitectos, maestros, etc., pendencieros tradicionales que llevaron su insensatez a los extremos del ridículo, sin saber que servían al tirano más longevo del Caribe, Fidel Castro Ruz. Además, esa intentona, y su secuela del 27 de noviembre del mismo año, fracasada en lo militar y luego gananciosa en lo político y electoral, fue fraguada durante tres presidencias civiles, advertida por jefes militares responsables, como los generales Peñaloza y Heinz, sin que sus comandantes, civiles y militares, los atendieran debidamente.

Dentro de las más sana teoría republicana, los hombres de armas, los militares, están bajo la dirección y control de las autoridades civiles; no son deliberantes y deben obediencia al poder civil, pero la contraprestación real debe ser que tienen que estar atendidos, dirigidos y bajo el control de esos mandos civiles republicanos, si no, no puede haber responsabilidad subalterna solamente. Lo uno lleva a lo otro. Nuestra legislación hace responsable a los empleados de sus actos pero a sus patronos de su omisión en el control de sus conductas, pues están subordinados a los jefes. Si ocurre una infidelidad de los subalternos, los superiores son responsables de su falta de control, al menos de su negligencia en el mando. Por eso se castiga el comandante de una unidad armada si es despojado ilegalmente de su mando, pero ese castigo no debe limitarse sólo al mundo militar, lo contrario es injusto y no equitativo.

El alzamiento del 18 de octubre de 1945 fue obra de la Unión Patriótica Militar, luego aliada con AD, pero también culpa de la ceguera y tozudez del General Isaias Medina, el presidente civil de entonces; no atendió las advertencias de sus consejeros civiles y militares porque no las creyó y se confió, a pesar de los síntomas de descontento y conspiración que resultaron a posteriori evidentes. Igual podemos decir de la soberbia de Carlos Andrés Pérez y de Jaime Lusinchi, advertido este último con la "noche de los tanques", y después privados de actuar en resguardo de las instituciones por cálculo político subalterno.

Lo mismo cabe sobre la penetración comunista en las filas de nuestras FAN que muchos veían como un hecho folklórico o estimulante, en ese ambiente donde más de cien civiles, artistas e "intelectuales", celebraron en carta pública la visita del sanguinario dictador cubano con ocasión de la "coronación" de CAP para recibir su segundo mandato; las defensas se habían abandonado porque para muchos políticos y empresarios era buena la moda del izquierdismo castrista. Hoy, con nosotros, algunos lloran con amargas lágrimas de sangre.

Todo lo anterior lo refiero porque en este país de memoria intencionalmente precaria todos tenemos algo que recordar para entender la tragedia que nos abate, y no culpar sólo a algunos venezolanos, sean políticos, militares, sindicalistas, curas o empresarios. Si queremos reconstruir la patria y salvar el futuro, nos necesitamos todos, en especial los más dispuestos.

En el transcurso de esta tragedia que vivimos, he oído a venezolanos serios y cultos proponer que cuando alcancemos la libertad y la democracia debemos prescindir de las FAN, y eso a mí me parece un error rayano en el disparate, por razones que no voy a desplegar aquí, pues es materia para un debate aparte y único, con seriedad y buena fe, pero sí  voy a advertir que no existe país civilizado en el mundo, que se repute independiente ni recueste a otro, que no tenga sus fuerzas militares. Existen reinos y repúblicas en Europa, Asia y América que hacen gala de ello; algunos dotados de muy necesarias, eficientes y entrenadas fuerzas, otros más de oropel, pero todos muy orgullosos de sus armas profesionales; quizás por ello en las atribuladas y subdesarrolladas naciones del África todavía primitivo, ni hay estados ni tienen ejércitos bien formados. No podemos africanizarnos más de lo que nos ha acontecido por culpa del chavismo.

Hoy los venezolanos estamos en rebelión definitiva contra una cúpula de criminales que han capturado la dirección del poder público, a excepción del legislativo, y lo ejercen para ejecutar toda clase de delitos, mientras sirven de anfitriones celestinos al invasor cubano. Nunca imaginamos que íbamos a sufrir esta vergüenza, y menos de la mano de quienes fueron formados para defender nuestra soberanía nacional; la traición del ex teniente coronel Chávez no ha ocurrido en otro país en toda la historia moderna. Ni siquiera la dictadura del General Velazco Alvarado en el Perú llegó a los extremos de postración, entreguismo y traición que registra la gestión de nuestro sátrapa barinés. No sé qué excusa pueden enarbolar sus compañeros de intentona como Arias Cárdenas, Valderrama y los otros cuando comprueban los niveles de entrega de la patria al castrocomunismo cubano de nuestros recursos y voluntades. Ojalá alguno de ellos responda a esta interrogante, como político y como militar, algún día en el futuro cercano de nuestra liberación. Pero, digresión aparte, volvamos a lo urgente, a nuestra verdad.

Hemos repetido, con ocasión y sin ella, que nuestra salida no es militar pero que no alcanzaremos la salida sin la incorporación de nuestros  militares a la lucha libertaria de ahora y siempre. Debemos recordar sin mezquindad que gracias a aquellos jóvenes que se alzaron en la entonces Escuela Militar el 23 de enero de 1958 los venezolanos accedimos a la vida democrática; de la mano de una Junta Militar primero y luego de Gobierno, con la incorporación de dos eminentes civiles, como debe ser. Y que en el transcurso de los 40 años, bajo la dirección férrea y responsable de civiles como  Rómulo Betancourt y Raúl Leoni, al principio, fue nuestra juventud militar la que supo enfrentar los embates de las conspiraciones de retardatarios e infiltrados, y más tarde de los agentes castrocomunistas de la extrema izquierda al servicio del tirano Fidel. Sin la sangre derramada por nuestros soldados y oficiales en el combate de las guerrillas guevaristas no hubiéramos vivido en libertad y democracia esos lejanos ya 40 años de nuestra reciente historia.

Por todo lo anterior, no puedo entender ese mensaje lleno de complejos ajenos de quienes recomiendan el imposible de derrocar la satrapía de Maduro sin la incorporación a nuestras fuerzas de la juventud militar; que debemos salir exclusivamente por la ya frustrada vía electoral para no deberle al mundo militar venezolano su lugar necesario. Nuestros militares tiene un puesto en nuestra barricada de hoy, y de mañana, y ojalá lo ocupen pronto para que sean parte de la solución y, sobre todo, de nuestro futuro, como les corresponde. Una solución, sin nuestra juventud militar de hoy, no será solución; no contará con su compromiso vital y será de una fragilidad inviable.

Los políticos que quieren hoy surgir a costillas de nuestra crisis, ya existencial, que no entiendan esta verdad no son confiables ni contribuyen al esfuerzo común por lograr la libertad y la reconquista de nuestra soberanía. Antes del llamado de la Asamblea Nacional del 13 de octubre de 2016 a las FAN de contribuir a reconstituir el hilo constitucional -lo que no pueden hacer sin un pronunciamiento contra Maduro-, escuchábamos con desagrado y desconcierto  advertir que "lo peor que nos puede pasar es un golpe (militar)", o clamar que "no hay golpe bueno", no obstante la experiencia partidaria del 18 de octubre de 1945, y la nuestra del 23 de enero del 58, con sus consecuencias libertarias antes reseñadas. Al fin han callado sus impertinencias y entendido que todos somos necesarios para recuperar la patria.

Nuestra gesta requiere de todos, nadie sobra y muchos hacen falta; la soberbia e inmadurez nos ha costado muchas lágrimas desde hace mucho y es hora de sumar ¡Qué viva toda nuestra juventud! ¡Dejémosles hacer lo nuevo y no les pongamos límites nacidos de nuestros complejos atávicos! Recordemos con Andrés Eloy Blanco que "el militarismo es el resultado de la carencia de verdaderos militares" y agregaría yo ¡Que nadie separe a nuestros jóvenes entre civiles y militares porque su gesta y misión es una, como una es la patria!

Caracas, 26 de mayo de 2017                       Luis Betancourt Oteyza

@luisgbetancourt  

jueves, 25 de mayo de 2017

LA REVOLUCIÓN QUE VIVIMOS

LA REVOLUCIÓN QUE VIVIMOS

¡Bravo por Venezuela, la eterna! ¡Démosle gracias a Dios por habernos permitido vivir este momento histórico! ¡Una nueva Venezuela ha nacido! ¡A dar nuestras vidas por ella! Se lo merece.

Antonio Sánchez García 





Twitter: @sangarccs 

A nuestros mártires
  
            Las revoluciones son mal educadas: no piden permiso. Ni se limpian los zapatos antes de entrar a los salones y pisar las alfombras, donde los funcionarios de los partidos del establecimiento pretenden incautarlas. Son descaradas: van a lo suyo. Que es el Poder. Y en la urgencia – todas las revoluciones son urgentes y no esperan, como las parturientas – no tienen ni tiempo ni interés en aguardar las instrucciones de quienes quisieran hipotecarlas para dar a luz el nuevo tiempo que se asoma.
            Es la característica única e inédita de la revolución que estamos viviendo en Venezuela. ¿De dónde sale tanta gente – niños, adolescentes, mujeres, adultos, viejitas, ancianos, paralíticos, amputados que se enfrentan a las tanquetas, a las metralletas, a las balas y a las bombas lacrimógenas de los mercenarios y hampones del viejo sistema que se desintegra y se está cayendo a pedazos? – me preguntaba un periodista extranjero, asombrado de ver como brotaban de los barrios, los cerros, los callejones,  las aldeas, pueblos y ciudades de Venezuela los millones de combatientes que somos. ¿Quiénes los han convocado, los han instruido, los han organizado?
            Nadie. Es la fuerza irresistible e irrefrenable de un pueblo en estado de ebullición, como los volcanes. Una fuerza telúrica alimentada por la desesperación, la indignación, la negación y el rechazo. Y sobre todo, y allí radica su característica esencial, brotada de la dignidad ofendida de un pueblo saqueado, esquilmado, estafado, engañado, manipulado, ofendido y humillado. Una revolución profundamente asentada en las reservas morales de un pueblo que agotó todas sus fuerzas de resistencia. Pues las revoluciones auténticas – y Venezuela y posiblemente ningún otro país de América Latina, ni siquiera el cubano, habían vivido una auténtica revolución, pues la independista se la sacaron los mantuanos de Bolívar y Sucre de sus chisteras de jóvenes aristócratas con ambiciones magisteriales, la cubana la impuso con el poder del engaño y la seducción una camarilla golpista y la cacareada revolución bolivariana, esta farsa de ladrones, estafadores y narcotraficantes,  fue pergeñada en los regimientos de la ambición y el saqueo que llevan doscientos años pudriendo el espíritu de Venezuela desde los cuarteles de la infamia. 
Nadie se la esperaba. Hasta ayer, asesores asépticos y pundonorosos insistían en recalcar que este pueblo era apático, aguantador, pacifista y sufrido hasta lo indecible. Cómodo y electorero. Sensual y veleidoso. Hedonista y gozador. Y que la única salida posible a este cruento impasse – que se han empeñado en desconocer o minimizar, en reducir a los añejos parámetros de una democracia decadente, discutidora y subvencionada – era agacharse y esperar por el derrumbe y elecciones. Sin despertar al monstruo uniformado. Nada de lo cual era falso. Pero nada de lo cual era cierto. Porque los pueblos se miden en las horas amargas, las más difíciles, las más duras. Y es de agradecer, así suene a paradoja, que esta dictadura – zafia, brutal, estúpida, inútil, corrupta, uniformada, mentirosa y sanguinaria – haya llevado las cosas hasta sus últimos extremos. Acuciada por las urgencias de una tiranía proxeneta, viciosa, exangüe y esclavista como la cubana, que quisiera despedazarnos y devorarnos hasta los huesos, han creído que el plato con las sobras ya estaba servido. Que los hampones que se apoderaron del Poder bajo el mando y la complicidad de la fuerza armada podían hacer lo que les viniera en ganas. Que los partidos de una oposición catalépticas y paralizada por sus prejuicios, sus ideas fijas, su pusilanimidad, sus abonos, mezquindades y granjerías seguirían engarzadas al mangoneo cubano psuvista por las narices de negociados y componendas, como los bueyes rumberos. Que el mandado estaba hecho y el matrimonio narcotraficante y sus militares vendidos nos arrearían como bestias hasta el matadero castrocomunista.
¡Qué maravillosa, qué extraordinaria, que colosal equivocación! Ahora, ante esta revolución arrolladora, impulsada por niños y jóvenes que nacieran luego del último vómito del golpismo militarista y caudillesco sobreviviente del siglo XIX, el del 4 de febrero de 1992, que no conocieron de los tejemanejes, corruptelas y traiciones de éste y del otro pasado y se mueven por los instintos liberadores que llevan en sus genes, los de la generación del 28 y nuestros mejores demócratas venezolanistas, se atoran, no salen de su asombro y reaccionan agotando las existencias de sus arsenales y su infinita y estúpida crueldad o pretendiendo capitalizar lo que fueron incapaces de promover.
¡Bravo por Venezuela, la eterna! ¡Démosle gracias a Dios por habernos permitido vivir este momento histórico! ¡Una nueva Venezuela ha nacido! ¡A dar nuestras vidas por ella! Se lo merece.

Frente Institucional Militar ante la catástrofe venezolana

EL FIM ANTE LA CATASTROFE VENEZOLANA
 
 
 
 
 
Nosotros, los abajo firmantes, militares integrantes del Frente Institucional Militar (FIM), animados por un noble propósito, luego de una profunda reflexión y análisis de la situación actual del país, hemos decidido expresar, con absoluta claridad y firmeza, nuestra posición institucional ante la grave crisis politica, económica y social que se vive en Venezuela, devenida en catástrofe nacional. Frente a la comunidad internacional y el país nacional, expresamos nuestra voz de alerta ante esta delicada situación y ratificamos nuestra indeclinable posición unitaria, democrática y de rechazo a este catastrófico cuadro en que vivimos hoy en Venezuela. 
 
Nos pronunciamos aquí, al vernos envueltos en una terrible  realidad con decenas de muertos, centenares de heridos, miles de detenidos y una diáspora, nunca vista, de millones de venezolanos que han huido a otros países buscando salir de la dramática tragedia que vive Venezuela, agravada por la pretensión totalitaria del régimen al cerrar las válvulas de escape de la democracia, como es la vía electoral, en flagrante violación de la Constitución Nacional, al robarnos las elecciones de Gobernadores, Alcaldes e impedirnos la ejecución del Referendo Revocatorio formalmente solicitado por más de dos millones de venezolanos.
 
Ante el estado de pobreza extrema, el hambre, la escasez de alimentos y medicinas y el caos generalizado, Nicolás Maduro lanza el exabrupto de llamar a una Asamblea Nacional Constituyente con el deliberado propósito de establecer un Estado totalitario al mejor estilo cubano. ¿Cuándo nuestra Carta Magna dejó de ser la mejor Constitución del mundo? Los constituyentistas serían electos por los Consejos Comunales y las organizaciones chavistas. Con absoluta razón, Venezuela entera rechaza tan absurda propuesta, no aceptará esta inadmisible maniobra y nos hace reafirmar nuestra indoblegable posición de cumplir con  el deber de colaborar con el restablecimiento de la efectiva vigencia de la Constitución Nacional y a ejercer nuestro derecho de desconocer cualquier régimen, legislación o autoridad que contraríe los valores, principios y garantías democráticas o menoscabe los DDHH, como lo establecen los artículos 333 y 350 de la Constitución Nacional.
 
El pueblo venezolano quiere elecciones generales como una salida a la crisis. No desea cambiar la Constitución, desea cambiar este sistema retrógrado y fracasado que nos ha conducido a este caos nacional y a la destrucción continuada del aparato productivo para satisfacer la ambición de poder desmedida de una oligarquía.
 
Sorprende a Venezuela y al mundo, la represión desconsiderada por parte de algunos integrantes de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) en contra de manifestantes, que ejerciendo un Derecho Constitucional y en actitud pacífica y sin armas, salen a protestar por la difícil situación que hoy nos agobia a todos los venezolanos. Le recordamos que los crímenes de lesa humanidad nunca prescriben y se castigan en cualquier momento, tiempo y espacio.  
 
No echen por la borda el mérito y el honor con que el pueblo los ha considerado en el pasado. No olviden que en los delitos de Lesa Humanidad no es atenuante alegar la obediencia debida. Es tan culpable quien da la orden, como quien la ejecuta y Simón Bolívar, nuestro Libertador dijo: “Maldito el soldado que empuñe su arma contra su pueblo”
 
Compañeros de la Fuerza Armada Nacional: nuestra gran arma es la Constitución de la República. Ustedes no pertenecen a ninguna ideología política, pues son del pueblo y pertenecen a todos los venezolanos. Ustedes son los fieles defensores de la grandeza de la Patria. Nunca olviden que la Carta Magna en su Art. 328 establece que: “La Fuerza Armada Nacional es una institución esencialmente profesional, sin militancia política. En el cumplimiento de sus funciones está al servicio exclusivo de la Nación y en ningún caso de persona o parcialidad política alguna” ¿Por qué llamarse socialista y profundamente chavista, a quién beneficia tales epítetos?
 
En estos difíciles y gravísimos tiempos es un deber de ustedes colocarse en el lado correcto de la historia y no esperar que en medio de una mortandad nos ahoguemos en un mar de sangre. Salvar la democracia y la república es una ineludible obligación de todos.  
 
Caracas, 24 de mayo de 2017.
 
Por el Frente Institucional Militar, firman:
 
Vicealmirante Rafael Huizi Clavier (Presidente del FIM)
General de Brigada (Ej.) Teodoro Díaz Zavala. (Vice-presidente del FIM)
Coronel (Ej.) Rubén Darío Bustillos Rávago. (Secretario de Organización)
Coronel (Ej.) Luis Enrique Sucre (Representante del Ejército)
General de Brigada (GN) Simón Figuera Pérez. (Representante GN)
Capitán de Navío Pedro Rafael Betancourt. (Representante de la Armada)
Coronel (Av.) Ángel Rodríguez Campos. (Representante de la Aviación)
 
General de División (Av.) Manuel Andara Clavier (Ex Presidente del FIM)
General de Brigada (Ej.) Juan Antonio Herrera Betancourt (Ex Presidente del FIM)
General de Brigada (GN) Miguel Aparicio Ramírez (Ex Presidente del FIM)
General de División (Ej.) Fernando Ochoa Antich (Miembro fundador)
 
General de División (Av.) Raúl Ramón Morales
General de División (Ej.) Vicente Luis Narváez Chourión
General de División (Av.) Maximiliano Hernández Vásquez
General de División (GN) Luis Felipe Nery Arrieta Ávila
General de División (GN) Landis Ferreira Zambrano
General de División. (Ej.) José Antonio Olavarría Jiménez
General de División (Ej.) Andrés Medina Torcat
General de División (Av.) Julio García Pino
General de División (Ej.) Simón Luis Virgilio Tagliaferro
General de División (Av.) Justo Evaristo Saavedra
General de División (GN) Enrique Prieto Silva
General de División (GN) Marcos Pacheco Melgarejo
General de División (Ej.) Alfonso Romero Romero
General de División (Ej.) Adolfo Tovar Salas
Vicealmirante Andrés Eduardo Brito Martínez
General de División (GN) José Barrios Durcey
General de División (Ej.) Carlos Julio Peñaloza
Vicealmirante Antonio Pérez Criollo
General de División (Av.) Jesús Hung Abreu
General de División (Av.) Antonio Morales González
Vicealmirante Freddy Mota Carpio
General de División (Ej.) Oswaldo Sujú Raffo
Vicealmirante Rafael Bertorelli Moreno
General de División (Av.) Iván Darío Jiménez
General de División (Ej.) Jorge Tagliaferro De Lima
Vicealmirante Radamés Muñoz León
General de División (Av.) Freddy Yánez Méndez
General de División (Ej.) Rafael Montero Revette
Vicealmirante Mario Iván Carratu Molina
Vicealmirante Carlos Ramos Flores
Vicealmirante Jesús E. Briceño García
Vicealmirante Efraín Díaz Tarazón
General de División (Ej.) Raúl Salazar Rodríguez
Vicealmirante Julio Chacón Hernández
General de División (Av.) Vladimir Filatov Riabkov
General de División (GN) Rafael Damiani Bustillos
General de División (GN.) Félix Cáceres Pinzón
Vicealmirante Héctor Ramírez Pérez
General de División (GN) Luis Camacho Kayruz
General de División (Av. Regulo Anselmi Espín
General de Brigada (Ej.) Evelio Gilmond Báez
General de Brigada (Ej.) Camilo Vethencourt Rojas
General de Brigada (Ej.) José Gregorio González Rodríguez
General de Brigada (GN) Antonio Contreras Escalante
General de Brigada (GN) Raúl Cepeda
General de Brigada (Av.) Mariano Márquez Oropeza
General de Brigada (Ej.) José Alberto Osorio García
General de Brigada (GN) Humberto Seijas Pittaluga
Contralmirante Ricardo Hernández Hernández,
General de Brigada (Ej.) Gustavo Salas Paredes
General de Brigada (Ej.) José E. Godoy Peña
Contralmirante Luis Moreno Zambrano
General de Brigada (Av.) Balbino Silva Granados
General de Brigada (GN) Domingo Rojas García
General de Brigada (GN) Gilberto Mayorca
General de Brigada (Ej.) Raimundo Guisandes López
General de Brigada (Ej.) Juan de Dios Vierma Fuentes
Contralmirante Félix Antonio García Zambrano
General de Brigada (Av.) Omar Ruiz Rodríguez
Contralmirante José Velasco Collazo
General de Brigada (Ej.) Ennio Torres Izarra
Contralmirante Elías Buchzser Cabriles
Contralmirante Cesar Manzano Zavala
Contralmirante Jorge Alberto Bustamante Cáceres
Contralmirante Raúl Bustamante Pulido
General de Brigada GN) José Salazar Heredia
General de Brigada (GN) Francisco Limongi
Contralmirante Gregorio Molleja Rodríguez
General de Brigada (Ej.) Juan Ferrer Barazarte
Contralmirante Eddy Guerra Conde
General de Brigada (GN) Rafael Vera Ruiz
General de Brigada (Av.) Gonzalo Gómez García
General de Brigada (GN) Orlando Hernández Villegas
General de Brigada (Ej.) Rubén Medina Sánchez
Contralmirante Eddie Ramírez Poveda
General de Brigada (Ej.) Rafael Peña Pereira
General de Brigada (Ej.) Cesar Ramos Álvarez
General de Brigada (Av.) Eduardo Caldera Gómez
Gracias General de Brigada (Ej.) Bernardo Díaz Castillo
Contralmirante Rubén Germán Torres Leal;
Contralmirante Oscar Betancourt Patiño
General de Brigada (GN) Ramón Rodríguez Mayol
General de Brigada (Ej.) Henry Lugo Peña
General de Brigada (Ej.) Néstor González González
General de Brigada (Ej.) Guaicaipuro Lameda
General de Brigada (GN) Francisco de Asís Loreto Mejía
Contralmirante Daniel Comisso Urdaneta
General de Brigada (Av.) Pedro Pereira
General de Brigada (Ej.) Luis Felipe Párraga Barrios
General de Brigada (Av.) Román Aquiles Gómez Ruíz
General de Brigada (Ej.) Rene Sericia García
General de Brigada (Ej.) Ángel Vivas Perdomo
General de Brigada (Av.) Néstor Sánchez Toro
General de Brigada (GN) Régulo Díaz Vegas
General de Brigada (Av.) Jorge Luis Guerrero Barrios
General de Brigada (Av.) Eduardo Báez Torrealba
Coronel (Ej.) Gabriel Oscar Duque Vivas
Capitán de Navío Juan Bautista Márquez Moreno
Coronel (Ej.) José Antonio Omaña Hernández
Coronel (Av) Juan López Cordero
Coronel (GN) Alirio Miguel Cabrera
Capitán de Navío Carlos Rodríguez Bartoli\
Capitán de Navío Gonzalo Merino Valery
Coronel (Ej.) José Machillanda Pinto
Coronel (Ej.) Antonio Varela
Coronel (GN) Luis Lara Santamaría
Coronel (GN) Osman López Lampe
Capitán de Navío Luis Guillermo Ramos Castillo
Coronel (Ej.) Orlando Martínez Ugueto
Coronel (Ej.) Marcos Porras Andrade
Capitán de Navío Julio Sánchez Correa
Coronel (Ej.) Orlando Suarez Galeano
Coronel (GN) Esmerio Delgado
Coronel (GN) Freddy Eduardo Martínez
Coronel (Av.) Ramón Francisco Guzmán Díaz,
Coronel (Av.) José Bruzco Hernández
Coronel (Ej.) Manuel Antonio Ledezma Hernández
Coronel (Av.) Campo Elías Flores
Coronel (Av.) Jaime Salcedo Galvis
Coronel (GN) Hidalgo Valero
Coronel (Ej.) Nelson Castro Moreno
Capitán de Navío Carlos Lavado Mottola
Capitán de Navío Luis Salas Marcano
Coronel (Av.) Omar Parra Pérez
Coronel (Av.) Carlos Morales Jurado
Coronel (GN) Miguel Ángel Casanova Ostos
Coronel (Av.) Humberto Álvarez Acosta
Coronel (Av.) Juan Bautista Gómez Rojas
Coronel (Av.) Pedro Gómez Moncada
Coronel (Av.) Silvino Bustillos
Coronel (GN) Omar Ángel Aranguren
Coronel (GN) Alexander Flores Lamus
Coronel (GN) Artemio Boada
Coronel (GN) Gustavo Enrique Ferrer Barroeta
Capitán de Navío Emilio De Rogatis Porreca
Coronel (Av.) Sammy Landaeta Millán
Coronel (Av.) Pedro Soto Fuentes
Coronel (GN) Oscar Briceño Domínguez
Coronel (GN) Luis Morales Parada
Coronel (Av.) Antonio Ortega Brouzes
Coronel (Av.) Alejandro Malpica Pérez
Coronel (GN) Jorge Rodríguez Valero
Coronel (Ej.) Otoniel Arellano Pérez
Coronel (Ej.) Widman Olaf Alcalá
Coronel (Ej.) Carlos Barito
Coronel (Ej.) Domingo Santana Gómez
Coronel (Ej.) Henry Gonzalo Escalante Ramírez
Coronel (Ej.) Yucepe Pilliery
Coronel (Ej.) Gustavo Díaz Vivas
Coronel (Av.) Juan José Faría Molero
Coronel (Ej.) Juan José Rendón González
Coronel (Ej.) José Jiménez Malavé
Capitán de Navío Eduardo Ovalles Campero
Capitán de Navío Nelson Antonio Escalona Fernández
Coronela (GN) Dido Cabrera Bustillos
Coronel (Ej.) Emilio Méndez Martínez
Coronel (GN) Antonio Semprún
Coronel (Ej.) Ángel Serrano
Coronel (Ej.) Domingo Salazar Martínez
Capitán de Navío Javier Sánchez Pereira
Coronel (Av.) Oswaldo Martínez
Coronel (Ej.) Carlos Daniel Rojas Pérez
Coronel (Ej.) Atilano Carrillo Bracamonte
Capitán de Navío Rubén Piña Saa
Capitán de Navío Rafael Pérez Sarmiento
Coronel (Av.) Danilo Rodríguez
Coronel (GN) Carlos M. López
Coronel (GN) Omar Dávila Flores
Capitán de Navío Clímaco Rivero Moreno
Capitán de Navío Humberto Lazo Cividane
Capitán de Navío José Santín
Capitán de Navío Bernardo Jurado Capecchi
Capitán de Navío Alberto Shadah Udelman
Capitán de Navío Eddy Méndez Pérez
Capitán de Navío Oscar Ibarra Labady
Capitán de Navío José Gregorio Noguera Torre
Capitán de Navío Nelson Rafael Camarillo Morillo
Capitán de Navío Juan Antonio Ramos Sánchez
Capitán de Navío Ángel Valero
Coronel (GN) Iván Henríquez
Coronel (GN) Williams Linares
Coronel (GN) Alex E. Montenegro Méndez
Coronel (GN) José Luis Quintana
Coronel (Ej.) Castor Torcat
Coronel (Ej.) Máximo Marchán
Coronel (Ej.) Eduardo Guzmán Pérez
Coronel (Ej.) Eduardo José Suarez Montana
Coronel (Ej.) Valmore Loaiza Baduel
Coronel (Av.) Oneida Colmenares
Coronel (Av.) Inés Camacho
Coronel (Av.) Emmanuel Calles Manzano
Coronel (Av.) Enio Aldazoro
Coronel (Av.) José Luis Hernández Veroes
Teniente Coronel (Av) José Guevara Gutiérrez
Teniente Coronel (Ej.) Julio César Moreno
Teniente Coronel (Ej.) Tarsicio A. Díaz Velásquez
Teniente Coronel (Av.) Guillermo Beltrán Vielma
Teniente Coronel (Av.) Moisés Brunstein Reina
Teniente Coronel (Ej.) Jesús López Planchart
Teniente Coronel (Ej.) Cesar Augusto Becerra Lujan
Capitán de Fragata Alejandro López Hernández
Capitán de Fragata José Rafael Linares Badillo
Capitán de Fragata Alonso Sader Castellanos
Capitán de Fragata Reinaldo Ramírez Dala
Capitán de Fragata Leopoldo Salas Rommer
Teniente Coronel (Ej.) Pedro Tarcicio Donaires Lozada
Teniente Coronel (Ej.) Antonio Torres Alvarado
Teniente Coronel (Ej.) Isaac Antonio Tirado Gómez
Teniente Coronel (GN) Edgar Rodríguez Vicentelli
Teniente Coronel (GN) Richard González
Teniente Coronel (GN) Carlos Romero Rico
Teniente Coronel (GN) Francisco Modesto Ignacio Serra Di Día
Teniente Coronel (Av.) Iván Ballesteros
Teniente Coronel (Av.) Arichuna Silva Romero
Mayor (Ej.) José Ramón Salas La Riva
Mayor (Ej.) Federico José Ventura Infante
Mayor (Ej.) Ángel Landaeta Yánez
Capitán de Corbeta Ali Boscán
Capitán de Corbeta Nelson Viloria
Mayor (Av.) Luis Hartmann Ruiz
Mayor (Av.) Raynell Mayella Martínez Mujica
Capitán (Ej.) Jesús Rojas Díaz
Capitán (Ej.) Jerry Suarez
Capitán (Ej.) Alfredo Salazar Bohórquez
Capitán (Ej.) Ricardo Salazar Bohórquez
Capitán (Ej.) Wismerck Martínez Medina
Capitán (Ej.) Carlos Blondell Tineo
Capitán (Ej.) Víctor Rafael Salas Estupiñan
Teniente de Navío Antonio Ríos Rojas
Teniente de Navío Carlos Rodríguez
Teniente de Navío Carlos Villalobos Franchi
Teniente de Navío Henry Clemant
Teniente de Navío Pedro Pedrosa
Capitán (Av.) Freddy Fernández Mata
Capitán (GN) Orlando Velasco
Capitán (GN) Pedro José Flores Rivero
Capitán (GN) Leonardo Carrero Araujo
Capitán (GN) José Carrero Marquina
Teniente (Ej.) Daniel Eduardo Morales
Teniente (Ej.) Carlos García Arcaya
Teniente de Fragata Carlos Rodríguez Briceño
Teniente de Fragata. Rafael Figueredo Cassini
Teniente de Fragata Alexander Orozco
Teniente (Av.) Miguel José Bravo Escalona
Teniente (Av.) Jorge Santa Cruz Terrazas
Teniente (GN) José Antonio Colina
Primer Teniente (GN) José Faria B.
Cabo 1ro. (Ej.) Ernesto Pérez