Brújula Diplomática
Venezuela ante el Consejo de Seguridad
Por: Milos Alcalay
Twitter: @milosalcalay
Por
primera vez en nuestra historia, Venezuela fue obligada a sentarse “en
el banquillo de los acusados” ante los 15 miembros que integran el
Consejo de Seguridad, convocados para conocer los
alcances de la crisis venezolana en base al Informe presentado por el
Secretario General Adjunto de Asuntos Políticos de la ONU, Miroslav
Jenca
Como
era de esperarse, el oficialismo apoyado por aliados como Bolivia -
miembro no permanente hasta el 2018- llegaron al absurdo de afirmar que
el tema no formó parte de la agenda. Si estuvo en la agenda pero es
cierto que la reunión se realizó a puertas cerradas, que representa una
de las modalidades que realiza la ONU para la “prevención de conflictos”
pudiendo operar cuando existe una preocupación de que una situación
pueda escalar a situaciones más graves. En ese sentido se pronunció la
Embajadora de Estados Unidos Nikki Haley cuando afirmó que la
inestabilidad en Venezuela requería que se incluyera en la agenda como
un esfuerzo de “prevención” porque “ya hemos ido por ese camino antes
con Siria, Corea del Norte, Sudan del Sur, Burundi” : Un grupo de países
que no debería hacer sentir nada orgullosa a la diplomacia bolivariana!
Uruguay -a quien le correspondió presidir de manera rotativa esa reunión del Consejo- tratando
de ayudar a su aliado venezolano, dijo que a su juicio el “tema no
tenía que estar en la agenda, porque Uruguay prefiere mantener eso en
los organismos regionales” Pero
lo que no recordó el diplomático es que la torpe salida de Venezuela de
la OEA, abre las puertas para obviar que sea tratado por el máximo
organismo hemisférico, con lo que la ONU puede procurar directamente
recomendar una solución pacífica de la controversia de conformidad con
el Capítulo VIII de la Carta . Ello además, no excluye que la OEA
también trate el tema el 31 de Mayo. Algo parecido sucedió cuando el
Gobierno denunció la Convención Interamericana de Derechos Humanos
pensando que no se le aplicarían las recomendaciones de la CIDH o de la
Corte Interamericana de DDHH, y la consecuencia es que ahora, es en el
ámbito de la ONU en virtud de la Declaración Universal de los Derechos
Humanos, que se trata el tema. El nerviosismo del Gobierno lo ha llevado
a “dispararle al mensajero”, al anular el pasaporte del Gobernador
Henrique Capriles para impedir la reunión acordada con el Alto
Comisionado de Derechos Humanos de la ONU,
El
Consejo de Seguridad es el organismo que tiene la responsabilidad de
velar por la Paz y la Seguridad Internacional. Esta primera reunión
puede abrir otras. La preocupación es evidente fuera de nuestras
fronteras por declaraciones como las anunciadas por el Presidente Maduro
de convocar 500.000 milicianos y la oferta de entregarles armas, que
hizo reaccionar a Colombia. Se suma la masiva diáspora de refugiados
desesperados.
En
relación a la reunión del 17 de Mayo, ya se sabía que siendo informal y
“a puertas cerradas”, no se adoptaría ninguna resolución. Pero lo que
si debe preocupar al Gobierno, es que se trata de una campanada de
alerta, y que debe escuchar el clamor internacional. El Consejo de
Seguridad es el único organismo que tiene la potestad del uso legítimo
de la fuerza; o de imponer un embargo económico; o de elevar la
situación de Venezuela ante la Corte Penal Internacional en base al
Tratado de Roma. Debería ser escuchado ateniéndose a cumplir con la
Constitución y Acuerdos Internacionales para llegar a una transición en
Paz
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