Carta del Reconocido Exorcista Español, Padre Antonio Fortea, al Presidente Maduro
Estimado señor Maduro:
La marcha de hoy en Venezuela no es una marcha política. Es
la marcha de la dignidad, de la honradez, de la decencia de un Pueblo
que ha sido ultrajado, engañado, machacado y encadenado.
Salga al balcón y mire al horizonte, hacia la marcha. Toda
la gente digna está contra usted. Ha logrado unir al país, señor
presidente. Por fin lo ha logrado, pero contra usted.
Evidentemente, no apelo a su decencia, señor Presidente.
Sólo me queda apelar a su más básico y elemental sentido de
supervivencia. Si se obceca en enrocarse, las cosas se le van a ir de
las manos del peor modo posible. No hace falta ser muy inteligente, como
usted, señor presidente, para darse cuenta de lo peligroso que es vivir
en una nación donde todo el mundo está desesperado, hasta los
carceleros.
La desesperación tiene un límite y usted lo va a comprobar
muy pronto. La única duda que todos tenemos es cuál es el precio que va a
hacer pagar a ese pueblo.
Esta marcha hubiera sido imposible hace un año. Con su
régimen de libertades, hubiera sido irrealizable. Pero ahora se enfrenta
a una masa incontenible de millones de desesperados. ¿Se da cuenta de
que intenta contener lo incontenible?
El día de hoy será largo, el más largo de su presidencia.
En teoría, los presidentes se dedican a gobernar. Usted, a partir de
ahora, se va a dedicar a contener a las masas. Va a vivir el día de hoy
como una batalla. Triste presidencia la de aquél que batalla contra su
pueblo. Quizá la única guerra que no se puede ganar.
No le quito más tiempo, porque hoy va a tener mucho
trabajo. No sé lo que va a pasar hoy. Tampoco usted sabe si dentro de un
año se acostará en la cama de su dormitorio o en el lecho de una
prisión a la espera de ser juzgado por jueces imparciales.
Hoy todo conspira en su contra, señor Maduro. Hoy, hasta la
mirada de los carceleros es más torva. Por primera vez en su mandato,
mira al rostro de los pretorianos tratando de interpretar la frialdad de
sus gestos.
Suyo afectísimo.
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