DONALD TRUMP: INDIGNACIÓN Y
CASTIGO
¿Cambiará Donald Trump esa
matriz dominante en el Departamento de Estado frente a nuestra región? Una
golondrina no hace verano. Un cuervo tampoco. En rigor, nuestra liberación es
problema nuestro. Es de esperar que nuestra indignación ante los abusos de la
dictadura coarte la blandenguería de quienes se niegan a enfrentar al monstruo y
dilatan la resolución de nuestra grave crisis. Finalmente, es lo único que debe
importarnos. La caridad comienza por casa.
Antonio Sánchez García
@sangarccs
Hace unos meses, cuando Donald Trump irrumpiera como un vendaval en las
primarias republicanas, escribí un artículo titulado LA EXPLICABLE SORPRESA en
la que afirmé lo que anoche se ha visto dramáticamente confirmado: “Los
fundadores del Mayflower se sienten incómodos en los apretados botines que les
ha impuesto el complaciente liberalismo del laisser
faire laisser passer impuesto por el gobierno Obama. De modo que desde sus
bastiones del Este de las naciones que conforman los Estados Unidos, se han
volcado en masa a votar por quien amplifica sus reclamos y obedece a sus
protestas: Donald Trump. Un complejo racimo de descontento: racial, político,
social, nacionalista y tradicional. Huele a añejos descontentos que causaran
más de una tragedia en la tormentosa historia de la humanidad.” Finalmente
anticipaba una posibilidad en absoluto descartable, como afirmaran todos los
imperios mediáticos aterrados con tal eventualidad: “Donald Trump arrasa en los
cuatro puntos cardinales, será con absoluta seguridad el precandidato elegido
para medirse con la demócrata Hillary Clinton y no sería en absoluto sorprendente
que terminara conquistando la presidencia de los Estados Unidos en este confuso
momento de la historia global. Fin del primer capítulo.”
Sin
entrar en los pormenores del acontecimiento, que por razones naturales en un
país que se hunde en la incompetencia, el caos, la ruindad y la desidia, me
encuentro absolutamente incomunicado – me entorpecen el uso del ABA y CANTV no
parece dispuesta a reponerme el servicio – mi primera reflexión es que el
arrollador triunfo republicano llega a destiempo. Pues a redropelo de lo que
afirman los analistas y las encuestas, Obama habrá sido un excelente gerente en
asuntos de política interior, que al parecer para él la caridad comienza por
casa, pero ha sido el clásico exponente de la blandenguería demócrata y el desprecio
a los lineamientos sentados por Ronald Reagan y los republicanos en política
exterior. Su absoluto desinterés por nuestra región, de cuyos problemas jamás
tuvo la menor conciencia, y su
menosprecio de la tragedia venezolana lo confirman. Por fortuna, esta vez La
Florida no le arrebató la victoria a los republicanos, como se la arrebatara al
excelente candidato que se oponía a Obama. Que si el Departamento de Estado
continúa las líneas maestras impuestas por Hillary Clinton, que se derretía por
Lula da Silva, no habría la menor esperanza de un acercamiento a las líneas que
comienzan a imponerse, por fortuna, en América Latina.
En una
conversación informal sostenida hace unos días con un grupo de amigos, ante la
pregunta sobre mi opinión respecto a las perspectivas electorales, dije: “del
mismo modo que no me sorprendió la victoria del NO en el plebiscito colombiano,
del mismo modo no me sorprendería la victoria de Trump en las elecciones
norteamericanas. Hay cansancio e indignación ante la pasividad frente al
renovado embate del terrorismo a nivel mundial. En nuestra región, incluso asco
ante la impunidad con que procede el castrismo, no sólo en Venezuela. Ahora con
el respaldo de Washington y el Vaticano.”
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